Santiago de Chile, Chile.- Lucho Gatica, el chileno con voz de terciopelo que fue a disputar el reinado del bolero en la tierra de esa música y se consagró grabando éxitos como “El reloj”, “La barca” y “Contigo en la distancia”, falleció el martes en México. Tenía 90 años.
Familiares que incluyen a su hijo, el cantante y actor Luis Gatica, anunciaron el deceso en redes sociales. No proporcionaron una causa de inmediato.
“Buen viaje! Te amo…”, escribió Luis.
Su sobrino, el productor musical Humberto Gatica, dijo que Lucho “se ha ido, pero se ha ido a un lugar maravilloso donde se reúne con su familia, sus hermanos, padres”.
“Es una de las leyendas más significativas de nuestra tierra”, añadió en entrevista con radio Cooperativa.
Gatica llegó a ser un astro indiscutible de la música, pero cuando terminó su educación secundaria en Rancagua, al sur de Santiago, escogió un oficio muy distinto: técnico dental.
Su hermano mayor, Arturo, en cambio, se fue a la capital chilena y logró un espacio cantando en la principal radio de la época.
Luis “Lucho” no tardó en darse cuenta de que las placas dentales no eran lo suyo y partió a probar suerte en la música de la mano de su hermano, que le dio un lugar en su programa y un gran espaldarazo a su carrera artística.
Fue el emblemático locutor de radio Raúl Matas quien a fines de los años 40 lo acogió e impulsó su carrera al conectarlo con el trío Los Peregrinos, con el que grabó algunos de sus primeros boleros, entre ellos “Contigo en la distancia” del cubano César Portillo de la Luz.
Ese fue el inicio de dos carreras musicales diferentes: Arturo tuvo un éxito a medias, básicamente en Chile, mientras Lucho llegó a ser una figura mundial, calificado como el Rey del Bolero. Su aterciopelada voz dejó en la memoria de muchos temas que también incluyen “Solamente una vez”, “Piel canela”, “Tú me acostumbraste” y “Sinceridad”.
Lucho partió a México cuando apenas pisaba los 20 años con una meta que parecía absurda: imponerse en la tierra de los cantantes de boleros.
En los albores de la década de 1950 grabó “Bésame mucho” de Consuelo Velásquez, el primero de decenas de boleros que reventaron las listas de favoritos no solo en México sino también en otra fortaleza del género: Cuba.
Del Río Grande a la Patagonia, pronto Lucho Gatica fue una figura indiscutida. En su libro “La tía Julia y el escribidor”, Mario Vargas Llosa describió la idolatría de la que gozaba Gatica en Perú.
Las listas de discos favoritos en la España de los años 60 muestran repetidamente a Gatica compartiendo los primeros lugares con astros como Paul Anka o el Dúo Dinámico español.
Un centenar de álbumes consolidaron la carrera internacional más exitosa de un cantante chileno en cualquier época. Los elogios venían no solo de aficionados, sino de figuras como el español Julio Iglesias o el mexicano Luis Miguel. Muchos de los que compartían los éxitos de la época, como Leo Marini, Elvira Ríos y Olga Guillot, le profesaban abierta admiración.
“Para generaciones enteras, su voz ha sido parte de la intimidad y casi un sinónimo de amor… Es un hombre que ha transformado a muchos desconocidos en novios”, dijo la ministra de Educación chilena Mariana Aylwin, en 2002, al entregarle la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral en el grado de Gran Oficial, instituida en reconocimiento al beneficio de la educación, la cultura y la docencia.
Su amplia galería de trofeos incluyó el Latin Grammy a la Excelencia Musical en el 2007.
También fue exitoso en Europa y Estados Unidos hasta que en los 60 la irrupción del rock en América Latina comenzó a desplazar al bolero y a Gatica, quien ya comenzaba a perder la voz que le había dado fama y fortuna.
Gatica nació el 11 de agosto de 1928 en Rancagua, 80 kilómetros al sur de Santiago. A los tres años perdió a su padre y desde entonces su madre debió esforzarse para criar modestamente a sus siete hijos.
Radicado en México desde 1952, sus esporádicos regresos a Chile no siempre fueron reflejo de su éxito en el exterior. A menudo se quejó de que sus compatriotas siempre le preguntaban cuándo se retiraría. Pero aun bordeando los 80, se mantenía parcialmente activo en la música.
Se casó en México con la actriz puertorriqueña Mapita Cortés, con quien tuvo cinco hijos, dos de los cuales también tuvieron carreras artísticas: el actor y cantante Luis Gatica y Alfredo Gatica, productor musical. Con su segunda esposa, la estadounidense Diane Lane Schmidt, tuvo una niña, Luchana, cuyo padrino es Julio Iglesias. Separado después de seis años de matrimonio, volvió a casarse en 1986 con otra estadounidense 20 años menor, Leslie Debb, con quien tuvo a la séptima de sus hijos, Lily Teresa Gatica.
Durante la década de 1990 se radicó en Los Ángeles y a partir de 2000 comenzó a repartir su tiempo entre México, California y Chile. En 2002 el gobierno chileno lo condecoró con la distinción Orden al Mérito Gabriela Mistral y en febrero de ese mismo año recibió el reconocimiento público durante el concurrido Festival de la Canción de Viña del Mar.
En 1996 recibió un gran homenaje en Miami de parte de artistas que incluyeron a Luis Miguel. En el 2003 grabó una versión de “Me gustas tú” con los cantantes chilenos de hip hop Ana Tijoux y Víctor Flores.
En 2008 fue inmortalizado con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, y en 2013 lanzó el disco “Historia de un amor”, con nuevas versiones de boleros a dúo con Laura Pausini, Nelly Furtado, Luis Fonsi y Michael Bublé, entre otros.
“Nunca me canso cuando canto. Claro que no pretendo hacerlo como antes, porque tengo ya muchos años encima. Pero te voy a decir una cosa, si puedo seguiré cantando hasta que me muera”, declaró luego de lanzar su último trabajo.
Fuente: AP