«Una réplica del célebre barco saldrá desde Dubái y realizará la ruta Southampton-Nueva York que ya hizo el trasatlántico en 1912. El proyecto costará 435 millones de euros».
Hace ya 106 años que el poderoso Titanic salió del puerto de Southampton con destino a Nueva York, en un viaje que nunca llegaría a completar. La madrugada del 15 de abril de 1912, al norte de un frío Océano Atlántico, más de 1.500 personas morían tras el choque del que entonces se consideraba en trasatlántico más grande y lujoso del mundo contra un iceberg. Apenas sobrevivieron 700, entre pasaje y tripulación. La historia del Insumergible fue conocida a lo largo de todo el siglo XX, pero su gran auge llegó en 1997 gracias al director James Cameron, que la llevó a la pantalla con un punto extra de épica y romance que le harían llevarse 11 Oscars gracias a ella.
Ahora, ese viaje volverá a repetirse, pero se espera que con final feliz. La compañía Blue Star Line (en un homenaje a la original que fletó el primer barco, la White Star Line) ha anunciado que proyecta construir y botar el Titanic II en 2022, según informa la agencia de noticias Bloomberg. El viaje sería el mismo, aunque con una etapa previa desde Dubái. Una vez establecido de nuevo en Southampton, el barco realizaría viajes regulares entre Inglaterra y Nueva York en la época de verano y cruceros alrededor del mundo el resto de la temporada, tal y como explica Lonely Planet.
Serán necesarios 500 millones de dólares (unos 435 millones de euros) para el proyecto, que pretende convertir al barco en una réplica exacta del Titanic, solo que más moderna: contará con la clásica escalinata, una piscina y una sauna a lo largo de sus nueve cubiertas, que acogerán a 2.400 pasajeros y 900 tripulantes. Todos ellos redistribuidos en primera, segunda y tercera clase. Eso sí, esta vez la capacidad de los botes salvavidas será de casi 3.000 personas, en vez de apenas 1.200.
La idea no es nueva. La Blue Star Line, propiedad del multimillonario australiano Clive Palmer (con una fortuna estimada de 2.600 millones de euros), ya intentó crear un proyecto similar en 2012, cuyo barco llegaría en 2018. Sin embargo, la falta de financiación para la construcción y un conflicto con el gobierno chino, que lo construía, obligó a cancelarlo en 2016. Ahora, las oficinas del proyecto estarán en París y empezará, a funcionar y a contratar personal a partir de marzo de 2019.
La empresa ya ha lanzado unas primeras imágenes de la maqueta del barco y de sus interiores, así como de la distribución de sus cubiertas o la organización de sus restaurantes, muy similares a las de principios del siglo XX. Entre las especificaciones muestran cómo será la seguridad y los botes salvavidas, y también la sala de máquinas.
«Blue Star Line creará una auténtica experiencia en el Titanic, dando a los pasajeros un barco con los mismos interiores que el original, aunque integrando tecnologías del siglo XXI, nuevos métodos de navegación y seguridad más moderna, para lograr el mayor nivel de comodidad», ha asegurado Palmer sobre el lanzamiento del barco, que asegura que será «un proyecto único con una exposición internacional sin precedentes». Sin precedentes, pero ojalá que algo menor que la que logró, tristemente, en 1912.