Santo Domingo, República Dominicana. La pastora Rossy Guzmán Sánchez, imputada en el caso Coral, realizaba cada lunes cultos evangélicos en la explanada del Cuerpo de Seguridad Presidencial, pero el guardia o policía que se negaba a asistir era sancionado hasta con 10 días de prisión.
Esa era una orden dispuesta por el mayor general Adán Cáceres, quien de acuerdo a testimonios de miembros del Cuerpo de Ayudantes Militares, llegó a trasladar personal por inasistencia a los servicios religiosos.
A esa actividad que se realizaba todos los lunes, de 10:00 de la mañana hasta la 1:00 de la tarde, y a veces hasta las 2:00, asistían casi mil personas, tanto de servicio como los libres.
“Si yo estaba libre ese lunes, tenía que asistir obligado al culto, porque había una lista que pasaban y el que no respondía a su nombre, era hombre preso. Nos citaban a la oficina ejecutiva para aplicar la sanción correspondiente”, narró un policía que pidió reserva de su nombre.
Explicó que los cultos eran organizados por la familia de la pastora, quienes cantaban alabanzas, predicaban y tenían su propia banda de música.
“No recuerdo ni un salmo. No recuerdo ni un versículo de los que se leían allí, porque no los mencionaban. Se hablaba de cualquier cosa más que de Dios. Eran cultos vacíos. Nunca se sintió Dios en ese lugar. Era bajo el macaneo y nadie se podía mover de su silla”, contó un guardia.